Para las personas con obesidad o diabetes de tipo 2, los agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (AR GLP-1), incluidos Mounjaro, Wegovy y Ozempic, han sido considerados como fármacos milagrosos. Pero no son milagrosos para todo el mundo. Las investigaciones indican que una parte significativa de las personas deja de usarlos al cabo de un año.[1]
Los principales problemas de los agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón son su alto precio y que tienen una tasa bastante alta de efectos secundarios, como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Otro inconveniente importante es la pérdida de masa muscular.
Un nuevo estudio, publicado en Nature, muestra una posible alternativa con menos efectos secundarios, al menos en ratones y primates no humanos.[2]
Esta falta de efectos secundarios, sobre todo en la medida en que el posible fármaco no ocasiona pérdida de masa muscular ─y, de hecho, parte de su efecto se produce en el músculo─, lo distingue de los demás y lo convierte en una posible alternativa a los agonistas del receptor péptido 1 similar al glucagón. La clave no es solo reducir el apetito, sino también aumentar el gasto energético.
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Cómo funciona
El nuevo enfoque se dirige a una proteína llamada NK2R, miembro de la familia de receptores de neurocinina, que interviene en diversos procesos fisiológicos, como la sensación de dolor, la ansiedad y la inflamación.
"Buscábamos vínculos genéticos con la salud metabólica y ahí estaba la NK2R", explicó Zach Gerhart-Hines, Ph. D., profesor de metabolismo molecular en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, e investigador principal del estudio. El grupo creó entonces unos cuantos agonistas de acción prolongada selectivos para NK2R. Hasta ahora, los han probado en ratones y primates no humanos.
"Los datos sobre los nuevos fármaco dirigidos a NK2R son muy prometedores y ponen de relieve el potencial tanto de reducir la ingesta de alimentos como de aumentar el gasto energético", afirmó el Dr. Daniel Drucker, endocrinólogo e investigador del Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum de Toronto, quien no participó en el estudio.
fuente: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5913407?form=fpf