La Salvia Officinalis es una planta aromática con usos ornamentales, medicinales y gastronómicos. Su nombre deriva de la palabra latina «salvus», que significa curar, sanar. Como veis, ya desde su nombre se nos indica que estamos hablando de una planta con extraordinarios beneficios.
Ya los antiguos Romanos utilizaban esta hierba por sus propiedades medicinales, y la recogían siguiendo un preciso ritual: sin utilizar herramientas de hierro, vestidos con una túnica blanca y con los pies descalzos y bien lavados.
Salvia para la diabetes
Tiene propiedades hipoglucemiantes, es decir que disminuye los niveles de azúcar en sangre. Una taza de infusión 2 o 3 veces al día ayuda a mantener bajo control los niveles de glucemia.
Hemos visto que la infusión de salvia tiene «poderes mágicos». ¿Cómo se prepara?
Se colocan 15-20 g de salvia seca o 50-75 g de salvia fresca (en ambos casos hojas y flor) por cada litro de agua hirviendo. Dejamos reposar 3 minutos y se cuela. Se puede endulzar, o agregar zumo de limón, a gusto. Sin endulzar puede resultar un poco amarga, podéis hacer pruebas.
Se puede beber fría o caliente, y se puede conservar en el refrigerador por 3 o 4 días, en un recipiente tapado.
Dónde conseguir salvia
La salvia seca se compra en herboristerías y tiendas afines. Es menos frecuente encontrar la planta fresca, aunque no imposible. Preguntad en vuestro vivero de confianza si os pueden conseguir la planta o las semillas.
referencia: https://www.pequerecetas.com/alimentacion/salvia/
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