Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) sugiere que comer pescado con regularidad puede brindar protección contra la diabetes tipo 2, pero comer mariscos puede tener el efecto contrario.
La investigación demostró que hombres y mujeres que informaron consumir una o más porciones de pescado cada semana tenían alrededor de un 25 por ciento menos de riesgo de diabetes tipo 2 que quienes consumen una o menos de una porción semanal.
Sin embargo, encontraron que los hombres y las mujeres que comían cantidades similares de mariscos (principalmente camarones, jaibas (cangrejos) y mejillones) tenían riesgo 36 % mayor de desarrollar diabetes tipo 2.
Los investigadores concluyen que "puede que no sean los mariscos mismos los que aumentan el riesgo de diabetes". Más bien, los métodos de cocción y preparación utilizados, por ejemplo, los aceites que se usan para freír o las salsas a base de mantequilla y mayonesa que se sirven con los mariscos, pueden aumentar la ingesta de colesterol, lo que, a su vez, puede aumentar el riesgo de diabetes.
Por tanto, consumir pescado es bueno para reducir el riesgo de diabetes, pero al consumir mariscos y crustáceos se debe prestar atención a los métodos o ingredientes de cocción.
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